TEXTO E
CONSIDERANDO:
Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los mismos, que sus esfuerzos por conquistar su emancipación no deben tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes.
Que el sometimiento del trabajador al capital es la fuente de toda servidumbre: política, moral y material.
Que, por esta razón, la emancipación económica de los trabajadores es el gran objetivo al que debe ser subordinado todo movimiento político.
Que todos los esfuerzos realizados hasta aquí han fracasado por la falta de solidaridad entre los obreros de las diversas profesiones en cada país y de una unión fraternal entre los trabajadores (…).
Que la emancipación de los trabajadores no es un problema simplemente local o nacional, sino que, por el contrario, interesa a todas las naciones civilizadas, ya que su solución está necesariamente subordinada a su concurso teórico y práctico.
Por estas razones:
Los abajo firmantes, miembros del consejo elegido por la asamblea celebrada el 28 de septiembre de 1864 en Saint-Martin´s May, en Londres, han tomado las medidas necesarias para fundar la Asociación Internacional de Trabajadores.
ASOCIACION INTERNACIONAL DE TRABAJADORES: preámbulo del acta fundacional, Londres, 1864.
TEXTO F
Porque la jornada de ocho horas es trabajo y pan para muchos trabajadores que se amontonan con el estómago vacío en las puertas de los talleres, en efecto, donde se necesitan dos obreros que trabajan doce horas se necesitarán tres que trabajen ocho horas (…).
Porque la jornada de ocho horas significa el fin del paro periódico que los progresos del maquinismo multiplica, y la disminución de trabajo para los que trabajan demasiado, proporcionando trabajo a los que no lo tienen (…).
Porque la jornada de ocho horas es el aumento de los salarios por la supresión de la competencia homicida que hacen los obreros desocupados a los trabajadores ocupados y de la baja de salarios que esta competencia acarrea (…).
Porque la jornada de ocho horas es, con ocho horas de sueño y ocho de descanso, vida de libertad y de acción para la clase obrera (…).
Porque la jornada de ocho horas beneficiará al pequeño comercio, aumentando el poder de adquisición y de consumo de su clientela obrera, ya que esta será más numerosa y mejor pagada, como consecuencia del aumento forzoso de los obreros ocupados y su salario (…)
TRABAJADORES DE PARÍS
Fijaréis el Primero de Mayo con el orden y la dignidad que animan al proletariado internacional en marcha hacia su emancipación (…).
Resolución que aprueba la manifestación del Primero de Mayo por el Congreso Obrero Internacional Socialista de París, 1889
TEXTO G
Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.
De este hecho se desprenden dos consecuencias:
La primera es que el comunismo se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias europeas.
La segunda, que es ya hora de que los comunistas expresen a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de esa leyenda del espectro comunista con un manifiesto de su partido.
Con este fin se han congregado en Londres los representantes comunistas de diferentes países y redactado el siguiente manifiesto, que aparecerá en lengua inglesa, francesa, alemana, italiana, flamenca y danesa.
I
Burgueses y Proletarios
Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día de hoy, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
KARL MARX Y FREDERICH ENGELS, Manifiesto comunista, 1848
TEXTO H
La maquinaria, al hacer inútil la fuerza del músculo, permite emplear obreros sin fuerza muscular o sin un desarrollo físico completo, que posean, en cambio, una gran flexibilidad en sus miembros. El trabajo de la mujer y del niño fue, por tanto, la primera consigna de la aplicación capitalista de la maquinaria. De este modo, aquel instrumento gigantesco creado para eliminar trabajo y obreros, se convertía inmediatamente en medio de multiplicación del número de asalariados, empleando a todos los individuos de la familia obrera, sin distinción de edad ni de sexo, bajo la dependencia inmediata del capital. Los trabajos forzados al servicio del capitalista vinieron a invadir y usurpar, no sólo el lugar reservado a juegos infantiles, sino también el puesto de trabajo libre dentro de la esfera doméstica, y a romper con las barreras morales, invadiendo la órbita reservada al mismo hogar.
KARL MARX, El capital, 1867
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